TIERRA DEL FUEGO
La diputada nacional Virginia Linares llegó a la ciudad de Río Grande acompañada de Juan Torres, presidente del GEN Tierra del Fuego para brindar una charla sobre violencia de género y trata de personas.
Linares, originaria de la ciudad de Bahía Blanca, trabajó ocho años en el área de salud y acción social. Fue cuatro años presidente del Concejo Deliberante, por lo cual cuenta con una larga trayectoria política y experiencias en materia de lucha contra la violencia de género en su ciudad.
El debate se centró en la violencia de género y trata de personas, pero además en la cantidad de femicidios en el país, donde “cada treinta horas muere una mujer víctima de violencia de género”, afirmó la diputada.
“Esto hace que el tema se haya puesto en la agenda de los medios y podamos hablar de las leyes y políticas públicas”, sostuvo.
Por sobre todo en esta visita se mostró interesada “en el intercambio, porque es donde uno tiene contacto con las diferentes realidades”.
La diputada llegó luego de que se conociera la condena a un golpeador, que sometió a torturas y mantuvo secuestrada a quien había sido su pareja, y consideró ejemplar esta sentencia a prisión efectiva de nueve años, dado que “en Bahía Blanca la última condena en 2012 por trata de personas fue por cinco años solamente, que para mí es muy poco”.
“Igualmente me quedo contenta con que empecemos a hablar de la trata. Recuerdo que un policía me decía que me quedara tranquila, porque en Bahía Blanca no había trata sino que estaba en Punta Alta”, dijo de los inicios de la lucha contra este flagelo que somete a tantas mujeres, en una localidad que no se caracteriza por tener a la vista y en el centro de la ciudad a los prostíbulos, como en Río Grande, sino que se relega a zonas marginales, sobre todo la portuaria en Ingeniero White.
Linares destacó el trabajo que viene realizando Cecilia Merchán –que hace poco visitó la provincia-, porque “trabajó muchísimo cuando era legisladora y está tratando de generar los protocolos de atención, que son tan importantes, para que cada ciudad sepa cómo tocar el tema. No hace falta una ley para esto, pero sí estandarizar una red local, entre organizaciones sociales, gubernamentales e inclusive judiciales que trabajan en la problemática”, manifestó.
Asimismo, reclamó “capacitación a los equipos que trabajan en la Comisaría de la Mujer”, a riesgo de preferir que directamente no las abran si no van a poner personal idóneo para atender. “Necesitamos mujeres y varones policías capacitados, porque las mujeres cuando van a hacer la denuncia necesitan un abordaje diferente. En Bahía Blanca hay equipos técnicos trabajando en la misma comisaría, psicólogos, una abogada, y ahora estamos trabajando para tener una médica en la misma comisaría, para no llevar a la víctima a hacer el peritaje al hospital público”, dijo del avance logrado en su ciudad.
Lamentó que “en algunos lugares crean la Comisaría de la Mujer como un ‘programita’, como una cuestión política, ponen policías que no han sido capacitados en el tema o no les interesa. Si la gente no está capacitada, mejor ni abrir una Comisaría de la Mujer”, pidió.
Por otra parte, planteó el cambio cultural que se ha dado con mujeres que han salido a trabajar, y dio cuenta del “gran deterioro” que pudo ver en los varones sobre todo en la década del ’90, cuando se cerraban tantas empresas, o tomaban mujeres porque les pagaban menos. Los varones tuvieron un estado de crisis, porque no podían llevar la plata a la casa, y yo los he visto llorar”, aseguró, dado que hay un porcentaje, si bien mínimo, de hombres que son víctimas de mujeres violentas.
“A veces las mujeres son más machistas que los hombres, por esto estos temas los tratamos varones y mujeres, y desde todos los partidos políticos”, subrayó.
Linares afirmó que, tras el trabajo en la ley de violencia de género, se logró “una de las mejores que tiene América latina, incorporamos la figura del femicidio, porque veíamos que las sentencias de mujeres asesinadas siempre tenían atenuantes y las condenas eran de cinco años. Lamentablemente tuvimos que pasar por lo de Marita Verón para modificar la ley de trata. Hoy estamos trabajando el tema de patria protestad, para sacársela directamente a los femicidas, porque cuando salen de la cárcel quieren hacerse cargo de los hijos, después de haber asesinado a la madre. Queremos que los hijos sean los que decidan”, señaló sobre la tarea en marcha para seguir avanzando en la materia y proteger a los más vulnerables.
A pesar del trabajo realizado, “estamos lejos de lo óptimo, hay que discutir estos temas fuertemente, y las mujeres víctimas se van a dar cuenta que no sólo les pasa a ellas sino a un montón de mujeres”, dijo.
Terminar con la impunidad es importante porque “las conductas violentas se cambian. Se pueden cambiar las conductas violentas en la familia, y también con esto se logra cambiar la conducta en la calle, en las escuelas. Primero hay que trabajar en las familias”, remarcó.
Apuntó a la educación y los formadores, como actores centrales de este cambio. “Nosotros pedimos que los docentes sean formados en estos temas, dentro de su formación pedagógica, porque les va a permitir detectar casos en el curso”, dijo.
En materia de trata de personas, respecto de la penalización del cliente, o prostituyente, todavía no hubo avances. “No se está discutiendo, hay una propuesta de Aníbal Fernández en el Senado y creemos en penalizar al cliente pero con una mirada cultural, de que el sexo no es una mercancía. Pero muchas veces la mujer no dice que es víctima de trata, porque tiene miedo, porque la extorsionan, amenazan a la familia. La mujer, además de víctima de abuso sexual, termina siendo torturada y sometida. Es muy difícil que le diga al cliente que es víctima de trata”, indicó, sobre la dificultad al momento de determinar si de parte del cliente hay una actitud dolosa.
Consultada sobre la defensa de AMMAR al ejercicio de la prostitución, que consideran un trabajo, dijo que “entendemos la posición de las meretrices, pero no son la mayoría. La mayoría son mujeres vinculadas con proxenetas que las hacen trabajar, y cuando se ponen viejas, las ponen a ellas a regentear. Es un tema muy complejo”, afirmó, cuando se mezclan algunos discursos con intereses.
La diputada se centró en la educación y “en cómo la mujeres preparamos a nuestros varones para que no consuman sexo. Penalizar y prohibir no alcanza, el estado tiene que controlar muchísimo, porque la prostitución está prohibida en la Argentina, y es un tema educativo”, insistió, recordando prácticas conocidas con los varones, que eran llevados por sus padres a “debutar” a un prostíbulo, como algo natural que, de a poco, se va cambiando.