Por Leandro Crespi para La Razón de Chivilcoy.
Habían pasado menos de dos años del segundo mandato del presidente Hipólito Yrigoyen cuando se produjo el golpe de estado que para muchos ¨tuvo olor a petróleo¨. El propio presidente había declarado durante su campaña que volvía al ruedo en una edad en que estaba para cuidar nietos pero que lo hacía con la convicción de ¨defender a su hija dilecta¨: la ley de petróleo.
La diputada Margarita Stolbizer en la sesión de la Cámara del día 29 de octubre pasado dijo que: “El gobierno nacional acotó la discusión a las provincias, poniéndoles por delante la zanahoria de los recursos a obtener y bajo la extorsión de discutir con ellas sus propios endeudamientos”. Aseguró que no puede haber un debate sobre política energética o ley de hidrocarburos que no considere el impacto sobre el ambiente, la naturaleza, o la contaminación sobre los ecosistemas, afectando de manera irreversible la biodiversidad. “Kicillof le llamó antes graves pasivos ambientales, a lo que ahora llama ‘meras contingencias’. Esto es parte del relato. No se puede sacrificar agua por petróleo”, puntualizó Stolbizer y agregó que “hay que discutir un proyecto de desarrollo, una nueva matriz productiva y energética, como parte de una visión estratégica, con equidad social y sustentabilidad ambiental”.
Sí amigos, en estos últimos días gobernadores que se alejan de su cargo han acordado, con el gobierno nacional, una ley de hidrocarburos a través de la cual otorgarán concesiones por más de 30 años y como si eso fuese poco en la provincia de Santa Cruz los concesionados son Cristóbal López y Lázaro Báez.
Si estimados, este país da para todo. Si Ud. tiene que abrir una simple cuenta bancaria o un simple comercio tiene que presentar una infinidad de documentación y de trámites que no terminan nunca. Mientras que algunos hombres del poder no sólo están investigados por la Justicia argentina sino por la justicia de otros países pero acá resultan intocables.
En consonancia con estas situaciones un miembro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Raúl Zaffaroni, ha presentado su renuncia al cargo porque próximamente cumplirá los 75 años que fija la Constitución Nacional como tope para ocupar el cargo.
Expresó en sus considerandos que lo motivan razones normativas y más lejanamente éticas. Está bien que Zaffaroni realice ese distingo. Lo de la Constitución es una norma escrita, lo de la ética es personal. Zaffaroni fue uno de los jueces que, luego de asumir el gobierno militar de 1976, juró por los estatutos que imponía la dictadura militar.
El plan económico de la presidenta sigue siendo la recesión. Aguarda a enero próximo para arreglar el quilombito con los fondos buitres y a que ingresen divisas frescas para oxigenar las posibilidades electorales pero con prudencia. Sabe que no puede ser reelecta y en el mejor de los casos será Daniel Scioli el abanderado que los representará en las elecciones del año próximo.
Resulta lamentable la forma en que gobernó la economía del país. Fue el ex secretario de Hacienda del presidente Raúl Alfonsín quien puso negro sobre blanco para explicar el desajuste fiscal del oficialismo. Citó el balance cambiario del Banco Central para redondear un superávit externo de 163.000 millones de dólares, resultado acumulado de los superávits anuales del 2003 al 2014.
A primera vista surgen dos conclusiones:
1) Haría falta sumar las exportaciones de los 60 años previos al kirchnerismo (de 1943 a 2002) para igualar las exportaciones que recibió el kirchnerismo y,
2) el destino de ese superávit fue financiar la salida de capitales privados al exterior por 94.500 millones de dólares en ese mismo período. Brodersohn suma otros 40.300 millones de dólares por pagos de deuda pública para concluir que de la plata que ingresó el gobierno sólo destinó 16.000 millones de dólares a aumentar las reservas.
Dejo el chiste para otro día no sea cosa que Ud. se empalague y le dé una pataleta al hígado. Ud. es argentino y seguramente coincidamos en que estaría bueno que la inoperancia y la mala praxis algún día emigren de este bendito país.